
Las preguntas del millón: “¿cómo educar a un perro?; ¿cómo saber si lo estoy haciendo bien?; ¿cómo encontrar el método adecuado?”
Que no cunda el pánico. Si tu compañero de vida ha comenzado a hacer travesuras o comportarse de forma arbitraria, es normal. El primer paso es detenerte, respirar y tratar de entender por qué está actuando de esa forma.
Recuerda: no es que lo haga por hacerte pasar un mal rato, sino porque él/ella está pasando un mal rato. Ya sea por su estado emocional, el contexto o porque no ha tenido suficiente entrenamiento, algo le inquieta, y ese tipo de comportamientos son su forma de tratar de lidiar con ello, o de comunicárnoslo.
Así que, con eso en mente, lo primero que debes preguntarte es: “¿qué puedo hacer para ayudar a mi compañero de vida?, ¿qué le está haciendo falta?”.
A continuación, te compartimos los pasos y aspectos que debes considerar para descubrir la causa de los comportamientos no deseados, así como el camino correcto para saber cómo educar a un perro:
Identificación de posibles causas de comportamientos no deseados
Falta de ejercicio o aburrimiento
Tal vez no necesita entrenamiento, ¡solo está aburrido!
Hay ciertas razas que se clasifican como “activas” o de alta energía. Estas requieren de un programa de ejercicio intensivo, si no, comenzarán a portarse mal, porque no saben qué hacer con toda la energía que no logran sacar día a día.
De igual forma, si un perro se aburre, comenzará a buscar actividades para entretenerse, y no necesariamente serán de tu agrado. Asegúrate de proporcionarle a tu compañero de vida mucho espacio para correr, jugar y descansar.
Refuerzo accidental de comportamientos no deseados
Es bastante común que refuerces de forma accidental un comportamiento no deseado, creyendo que estás haciendo lo contrario. Si un perro que ladra pidiendo atención y la recibe, ya sea en forma de caricias o un tono de voz molesto y elevado, entenderá que acaba de ser recompensado por ese comportamiento.
Los perros son animales inteligentes, por lo que aprenderán a interactuar con sus dueños para conseguir lo que quieren. Al preguntarte cómo educar a un perro, comienza por prestar atención a tu lenguaje verbal y corporal, así como a los comportamientos que sin darte cuenta podrías estar reforzando.
Ansiedad canina
¿Falta de entrenamiento o estrés?
Un perro que está ansioso, quizás debido a la separación o una fobia, puede comportarse mal o actuar de manera destructiva. Puede que esto no sea un acto intencional. El castigo no es la respuesta; es necesario abordar el motivo de la ansiedad o el estrés.
Falta de entrenamiento
Sí bien esta puede ser la opción más común, recuerda que no necesariamente sería la única. Busca descartar otras fuentes y posibles causas antes de asumirla como única posible solución.
Algunos perros son relajados y no requieren mucho entrenamiento formal; sin embargo, hay algunos otros a los que un entrenamiento formal les sirve para identificar y distinguir entre comportamientos deseables de los que no.
Considera contratar a un entrenador profesional, o incluso a un etólogo (médico especialista en comportamiento animal) que trabaje contigo y con tu compañero, juntos. Si son pocas las áreas de entrenamiento necesarias, tal vez puedas realizarlo tú (bajo especificaciones y consejos de un experto). Si no es el caso, encuentra un profesional de tu confianza y delega esta tarea. Saber pedir ayuda es una decisión sabia que beneficiará la relación entre ambos.
Entonces, ¿cómo educar a un perro?
Refuerzo positivo
Los perros responden excepcionalmente bien al refuerzo positivo. En lugar de tratar de disciplinar a tu perro de forma agresiva, concéntrate en recompensarlo por comportamientos positivos. Hazle fiesta cuando vaya al baño en el lugar indicado y dale un premio. Para que sea efectivo, el refuerzo positivo debe llegar unos segundos después del comportamiento favorable.
Evita a toda costa golpearlo, ya sea directamente con la mano o algún punto cercano a él con objetos como un periódico. Los perros no comprenden que el propósito de golpear es corregir un comportamiento, ya que solo lograrás confundirlo, volverlo inseguro, y peor aún: que comience a tenerte miedo.
Cambios en el entorno
Considera algunas de las siguientes opciones:
- Dale algo que hacer para entretenerse y evitar que busque otras formas de hacerlo.
- Utiliza corrales o portones para bebés para ayudarlo a resistir ciertas tentaciones.
- Guarda tus cosas, evita dejarlas regadas o a su alcance. Asegura los cajones, las puertas y los botes de basura según sea necesario.
Medidas como estas son refuerzos y formas en las que puedes contribuir de forma pasiva y evitar comportamientos no deseados.
¡Ejercicio!
Saber cómo educar a un perro involucra cuidar su mente y su cuerpo. A veces, un aumento o un cambio en el tipo de ejercicio físico que realiza tu compañero de vida puede ser de gran ayuda. Toma notas con respecto a las actividades en las que participa actualmente, y evalúa si existe una correlación entre los aumentos y disminución de los mismos con las travesuras y comportamientos no deseados.
De igual forma, investiga y pregunta el nivel de actividad sugerido para su raza y ajústalo: tal vez lo estés ejercitando menos de lo necesario o cansando demasiado. A partir de ello, haz un programa con horarios para construir una rutina conjunta, lo cual les brindará a ambos certidumbre y fomentará su bienestar.
Estimulación mental
No se trata de ponerlo a resolver cuadernillos de Kumón: busca formas de ponerlo a pensar y hacer que su cerebro trabaje más a lo largo del día. Esto puede incluir el uso de juguetes interactivos o de rompecabezas, tapetes para olfatear, platos de alimentación lenta, juegos simples de entrenamiento con clicker, esconder juguetes o golosinas en la casa para que las encuentre, o incluso entrenamientos sencillos. Además de consumir energía, hacerlos pensar ayuda, con el tiempo, a equilibrar la parte racional con la emocional.
Reconoce sus necesidades
Por último, y aunque no por eso menos importante, sino todo lo contrario: si un perro comete un error, recuerda que este “comportamiento no deseado” generalmente satisface algún tipo de necesidad suya. Esta puede ser comunicarse, solicitar atención, un intento de reducir el aburrimiento o simplemente una expresión de necesidades básicas que tienen todos los perros, las cuales no siempre pueden resultar apropiadaa para una vida dentro del hogar (excavar, masticar y morder objetos, etc.). Concéntrate en entender qué es lo que necesita y ayúdale a encontrar una forma alterna de satisfacer sus necesidades, que a la vez sea más apropiada.