
Asimilar el hecho de que un perro está muriendo es algo difícil de procesar, y, en ocasiones, puede no ser tan evidente. A todos nos gustaría que los perros viviesen para siempre, o al menos más tiempo, al igual que nosotros. La duración de la vida de un perro varía en función de varios factores individuales, como la raza, el tamaño, el impacto del medio ambiente en el que vive y sus genes.
El proceso de cuando un perro está muriendo comienza mucho antes de que ocurra la muerte real, y se trata de una experiencia individual. Así como cada perro es único, también lo es su manera de morir. A menos que el fallecimiento sea repentino, causado por una intoxicación o una infección aguda, por ejemplo, como humano y compañero vivirás de forma paralela un duelo anticipado mientras el perro experimenta varios cambios físicos, de comportamiento y psicológicos durante esta etapa.
Si bien pocos perros fallecen por causas naturales, algunas señales pueden indicar que está muriendo. Aunque estas pueden ser un signo de enfermedad u otros cambios, cuando ocurren juntos, suelen venir acompañados de la sensación general de que un perro se prepara para morir. Es importante que, como compañero de un perro, aprendas a reconocerlas para brindarle los cuidados, las atenciones y el apoyo adecuado durante este proceso.
A continuación, algunas de las señales y comportamientos que pueden indicarte que tu perro está muriendo:
Letargo y pérdida de interés
Cuando un perro se acerca al final de su vida, puede comenzar a perder interés en el mundo que lo rodea. Este suele ser uno de los primeros (y más desgarradores) signos de que la calidad de vida de un perro comienza a esfumarse.
La pérdida de interés se debe a múltiples razones, las cuales pueden contribuir a que un perro quiera simplemente descansar todo el día. Una razón común es que sus funciones cerebrales comienzan a apagarse. Por ello, puede experimentar una confusión que le haga parecer desapegado.
Por otro lado, es probable que se sienta más cansado de lo habitual, e incluso puede resultarle doloroso moverse demasiado, especialmente si tiene artritis o dolor en las articulaciones. Esto reducirá la cantidad de tiempo de juego y nivel de actividad.
- ¿Qué hacer? Procura proporcionarle lugares cómodos para descansar. Acompáñalo y consiéntelo con cuidados suaves, para evitar causarle dolor o lastimarlo.
Incontinencia
La incontinencia por sí sola no es necesariamente una señal de que un perro esté a punto de morir, ya que puede tratarse de su proceso de envejecimiento normal.
Los perros pierden el control de su vejiga e intestinos a medida que envejecen. Esto puede hacer que orine o experimente una evacuación intestinal donde sea que esté acostado. Por lo tanto, requerirá de tu cuidado y apoyo para cambiar o lavar su cama cuando se ensucie, y para mantenerlo limpio y evitar llagas o infecciones.
- ¿Qué hacer? Utiliza almohadillas higiénicas en su cama y cambiálas con frecuencia. Mantén la calma y recuerda que el perro no puede controlar su cuerpo durante esta etapa.
Pérdida de apetito
Sin importar qué le ofrezcas, un perro que ha perdido el apetito generalmente rechazará tanto la comida como el agua. A medida que los órganos digestivos de un perro se apagan, de igual forma lo hará la sensación de hambre o sed. La pérdida de peso visible a menudo acompañará esta disminución del apetito.
Incluso cuando un perro todavía se alimenta o bebe agua puede experimentar problemas digestivos, los cuales podrían hacerlo vomitar después de ingerir cualquiera de estos. Además, si un perro no puede retener el agua, puede deshidratarse. Por eso, procura mantenerlo hidratado dándole agua con un gotero o una jeringa.
- ¿Qué hacer? Continúa ofreciéndole alimento, en menores cantidades y con la frecuencia que sea necesaria. Asegúrate de que obtenga una nutrición adecuada, pero también aliméntalo con lo que le gusta. No lo obligues a comer o beber si no puede hacerlo.
Cambios en el color de las encías
Cuando los órganos de un perro no funcionan como deberían, sus encías pueden cambiar de color.
Si estas están están azules, por ejemplo, puede significar que no circulan cantidades adecuadas de oxígeno por su torrente sanguíneo.
Esto puede ser causado por un problema en los pulmones o el corazón, y puede ser señal de enfermedades graves como insuficiencia cardíaca. Por supuesto, algunas muy serias pero tratables, como la neumonía, también pueden hacer que las encías del perro se pongan azules.
Las encías blancas o muy pálidas son, usualmente, el resultado de un flujo sanguíneo insuficiente. Esto puede significar de pérdida de sangre, que puede ser el resultado de una hemorragia interna, si es que el perro no sangra externamente. Otra opción es que se trate de anemia grave. Esta puede deberse a problemas dietéticos u otros subyacentes.
Las de color rojo brillante también pueden estar presentes en perros que envejecen y, usualmente, son un signo de insolación. Las encías de un perro se volverán de un color brillante cuando tenga demasiado calor, lo que puede deberse a la incapacidad de controlar su propia temperatura corporal. Este es sumamente raro, pero es posible.
- ¿Qué hacer? La boca seca se puede remediar con ayuda, pero el cambio de color de las encías suele ser resultado de una falla sistémica. El veterinario te indicará los cuidados adecuados.
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Dolor e irritabilidad
Cuando un perro se acerca al final de su vida, es probable que no se sienta bien en lo absoluto. Esto puede volverlo muy irritable, haciendo que reaccione mal a cosas que solía tolerar, o que simplemente gruña sin causa aparente.
Si un perro siente dolor, puede tener miedo de que el contacto físico, proveniente de un humano u otras fuentes, le cause más dolor. Es por ello que puede tratar de protegerse volviéndose irritable.
Por otro lado, si tu perro tiene la energía para mostrar esta actitud, es posible que no esté tan cerca de la muerte. Los perros que están por fallecer suelen estar apáticos.
- ¿Qué hacer? Consulta a un veterinario en cuanto detectes un cambio en el comportamiento. Si tu perro está muriendo, respeta sus deseos de estar solo o acompañado. Cuando te acerques, hazlo de forma tranquila y háblale con tono suave. Apóyate del experto para analgésicos que ayuden a reducir el dolor y las molestias.
Dificultad al respirar
Cuando un perro está muriendo, sus funciones corporales normales pueden comenzar a fallar. Esto puede hacer que respire de una manera extraña, ya sea muy lento, muy rápido o alternadamente. También es posible que simplemente tenga dificultades para inhalar y exhalar.
Cuando un perro está muriendo, este es uno de los síntomas que se desarrollan al último. Sin embargo, puede pasar bastante tiempo antes de que el perro finalmente fallezca.
- ¿Qué hacer? Acude a un veterinario lo antes posible para que lo revise y te indique los cuidados adecuados.
Pérdida de coordinación
Es muy común que los perros pierdan la coordinación cuando se acercan al final de su vida. Es posible que no tengan la fuerza muscular que tenían antes, lo que puede afectar su equilibrio.
Además, pueden tener problemas para medir la distancia, y su vista se puede ver afectada. Estos factores pueden hacerlos más torpes de lo habitual.
Existen otros trastornos que también pueden provocar una pérdida de coordinación, como la deshidratación. Si un perro está experimentando síntomas gastrointestinales y luego una pérdida de coordinación, podría ser simplemente que está deshidratado. Acude a un veterinario para estar seguro.
- ¿Qué hacer? Comienza a utilizar tapetes y/o pisos antideslizantes. Considera apoyarte de arneses para ayudarle con la movilidad al desplazarse de un lado a otro y al hacer sus necesidades.
Disminución de la temperatura corporal
Cuando un perro está muriendo, su cuerpo pierde la capacidad de controlar su propia temperatura corporal, aunque también pueden existir otros problemas de salud que contribuyen a la pérdida de calor corporal.
Lo cierto es que los perros que están muy cerca de la muerte tendrán una temperatura corporal más baja de lo habitual.
- ¿Qué hacer? Ayúdalo a mantenerse cómodo proporcionándole bolsas de agua caliente y camas o mantas calientes para mantener su temperatura corporal.