
Adoptar un perro como compañero de vida es cosa seria. Se trata de un compromiso importante, pues deberás estar ahí para cuidarlo y protegerlo. Tristemente, es común que las personas olviden que se trata de un ser vivo con el que compartirán hogar, estilo de vida y tiempo. Más allá de una cuestión de gustos o como se ve estéticamente un perro, debes investigar también sobre las necesidades de la raza que tienes en mente, para ver si empata con tus rutinas.
Por eso, a continuación, algunas preguntas importantes que debes hacerte antes de adoptar un perro:
¿Qué tan activo soy?
Sé realista. Piensa en tu estilo de vida y en qué tan aficionado al ejercicio y la actividad física eres. Como regla general, los perros grandes y algunos medianos necesitan más ejercicio que los perros pequeños para mantenerse saludables. Si te gusta correr, andar en bici o tomar largas caminatas, podrás hacerlo junto a tu compañero para que libere energía.
Si eres más sedentario, o haces ejercicios que no son tan compatibles con tu compañero, un perro pequeño o mediano no tan activo es una mejor opción. Este disfrutará quedarse en casa la mayor parte del día y salir únicamente para ir al baño o a pasear, sin necesitar demasiada actividad física.
¿Cuánto espacio tengo?
Parece obvio, pero suele pasarse por alto. Evidentemente, mientras más grande sea el perro, más espacio necesitará para correr y estar cómodo. Si vives en un departamento, es posible que un perro grande no sea la mejor opción; aunque, claro, hay formas de resolver este obstáculo. Puedes procurar hacer varias salidas al día para contrarrestar la falta de espacio en el hogar. Sin embargo, esto requerirá mucho compromiso y tiempo de tu parte, así que evalúa también si tendrás el tiempo para hacerlo.
- Un perro pequeño o mediano puede ser perfecto para la vida en interior, ya que no requiere mucho espacio para jugar o correr.
- Los perros más grandes requieren espacio al aire libre —un amplio patio trasero o un césped delantero— para jugar y liberar toda energía, así como para una mayor comodidad del humano, pues sus espacios no resultarán invadidos ni estarán llenos de pelo, juguetes, etc.
¿Quienes viven conmigo también quieren uno?
Se trata de un aspecto importante, ya que tanto tú como quienes viven contigo estarán en constante y directa convivencia con tu compañero de vida. Si vives acompañado, ya sea de familia o roomies, asegúrate de que estén de acuerdo con la decisión, y de que no tengan alergias o miedo a los perros. Esto es importante, pues ellos también convivirán con tu compañero, sin importar que estés presente o fuera de casa. Es importante tener la certeza de que tu compañero se encuentra en buenas manos, así como en un entorno en el que se sienta feliz, amado y aceptado.
¿Quiero un cachorro o un adulto?
Muchas personas prefieren llevarse a casa un cachorro porque sienten que pueden educarlo como prefieran. En realidad, una parte es la educación y el entrenamiento que el perro reciba, y la otra es su personalidad y carácter, por lo que incluso un perro entrenado de cachorro puede presentar conductas no previstas en la edad adulta. Aunado a ello, un cachorro requiere atención, cuidados especiales y tiempo, ya que apenas está aprendiendo —dónde hacer pipi, lo que está permitido, lo que no—, además de que suele tener más energía y ganas de jugar. Los perros adultos, en cambio, tendrán una personalidad más desarrollada y no serán tan demandantes como un cachorro.
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¿Podrá convivir con el perro que ya tengo?
Contrario a lo que dicen las caricaturas, los perros pueden llevarse bien con gatos y otros animales. Al final, todos, en el fondo, disfrutan la compañía. Sin embargo, es probable que se requiera algo de tiempo y un proceso de adaptación. Si no sabes, busca consejo sobre cómo presentarlos, para que ambos, poco a poco, logren dejar atrás la etapa de sentirse amenzados o asustados y entren en confianza.
¿Podré mantenerlo?
El amor no lo es todo, y esto aplica también para los perros. Los gastos que vienen después de adoptar un perro van más allá de los conceptos básicos de comida, agua y refugio. Un perro feliz y saludable recibe atención veterinaria de rutina —incluida la esterilización— vacunas, limpiezas dentales, baños, etc. También debe recibir alimento de calidad para garantizar su bienestar y una vida más larga, así como estimulación física y mental con regularidad. Por supuesto, también hay que contemplar posibles lesiones o accidentes, que aunque esperemos que no se presenten, debes estar preparado para poder cubrir y atender.
Y claro, también hay gastos adicionales, como juguetes, premios, camas, collares, etc.
¿Qué tan ocupado estoy?
De nuevo: sé realista. Si tu día a día es muy ocupado, y sueles tener una agenda llena, es probable que pases poco tiempo en casa. Es importante tener esto presente, ya que una parte del tiempo que tengas para descansar tendrá que ser destinado a tu compañero de vida. Estos momentos son los que disfrutará a tu lado, y serán necesarios para alimentarlo, sacarlo a pasear, ir al baño, etc.
- Si tienes un trabajo de tiempo completo, y solo puedes salir con tu compañero una hora o menos cada día, un perro pequeño puede ser la mejor opción. Ya que incluso si estás muy ocupado, puedes llevarlo contigo mientras haces pendientes.
- Si tienes un trabajo flexible, o lo haces desde casa, puedes optar por un compañero más grande. Al estar ahí, será más fácil sacarlo a hacer ejercicio o pasear, así como cuidarlo y estar al pendiente de sus necesidades.
¿Estoy mentalizado para lidiar con contratiempos?
Piensa que, por más lindos y hermosos que sean los perros, no todo será color de rosa. Es posible que lleguen a hacer travesuras o tener conductas no deseadas para ti; y aunque estas no sean permamentes, requerirán de tu templanza y dedicación para trabajarlas.
Ten presente que adoptar un perro es un ajuste tanto para él como para ti. Además, él no entienden de la misma forma que tú, por lo que gritarle o hablarle fuerte no es la solución. Ya sea que quieras entrenarlo, o buscar apoyo con un experto, lo importante es que sepas de antemano que puede que haya contratiempos, y perder la cabeza con tu compañero no es la forma de resolverlo.