
El pastor alemán es reconocido por su valentía, inteligencia, lealtad y energía. Por ello, es común encontrarlo tanto en ambientes familiares y domésticos como profesionales. Se trata de un perro de trabajo capaz de desempeñar varias tareas, con la educación y el entrenamiento correctos, por supuesto.
Al igual que todos los padres primerizos, adoptar un perro necesita preparación e investigación previa para brindarle el cuidado, la educación, la socialización y atención que necesita.
A continuación, te compartimos ocho cosas que debes saber antes de adoptar un pastor alemán:
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Tienen orejas grandes (necesitan limpieza)
Sus grandes y adorables orejas son características de esta raza. Un pastor alemán necesitará de tu ayuda para mantenerlas limpias, saludables y libres de alergias o infecciones de oído. Esto puede ser un trabajo difícil, ya que se trata de un proceso incómodo y molesto para ellos. Aunque no se trata de una limpieza tan frecuente como la que realizamos nosotros al bañarnos diario, es necesario estar al pendiente de su estado y proveer los cuidados adecuados.
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Requieren de un buen espacio
La naturaleza enérgica del pastor alemán y su gran tamaño también significa que no todos los hogares son adecuados para esta raza. Esta es una realidad que tristemente suele ser ignorada, en ocasiones porque pesa más el deseo de tener este tipo de perro que realmente el de ser conscientes de sus necesidades, cuidados y bienestar.
Un pastor alemán necesita muchos espacios abiertos para correr, saltar y jugar, tanto en interiores como exteriores. Incluso cuando no está jugando disfruta de un lugar amplio, en el que se pueda moverse libremente y estar en paz. Puede que no sean la raza de perro más grande, pero sí que lo es para un contexto doméstico.
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Tienen un apetito voraz
Al ser un perro grande, come como uno. Esto es algo importante que debes considerar, ya que la inversión mensual para su alimentación, obviamente, será más alta comparada con la de razas pequeñas y medianas. Además, recuerda que son MUY activos, y como a todos, el ejercicio ¡nos da hambre! Asegúrate de contar con la alimentación y raciones adecuadas para brindarle el vigor diario que necesita.
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Sueltan mucho pelo
Un pastor alemán es grande y esponjoso, y por lo tanto, tiende a soltar mucho pelo. Por todos lados y en todas las temporadas. Esta raza muda todo el año, y “desecha” su subpelo dos veces durante el mismo periodo. Así que, tienes que hacerte a la idea de que, incluso contando con varios cuidados, como cepillado al menos dos veces por semana y limpieza constante en tu hogar, habrá pelo de pastor alemán en tu ropa, muebles y en general: será parte de tu vida diaria.
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Son juguetones y están llenos de energía
Incluso después de llevar un pastor alemán a una larga caminata por el parque, es probable que quiera seguir jugando después. Las historias del pastor alemán que destruyó un sillón, las almohadas o hizo travesuras, generalmente, tienen que ver con un excedente de energía que no ha podido liberar. Además de que se suelen aburrir fácil (hablaremos de ello en el siguiente punto).
Como su nombre lo indica, el “pastor” alemán era el predilecto para realizar un trabajo específico, como correr junto a un rebaño de ovejas, pastorearlas y protegerlas. Este es un trabajo físicamente exigente, y es por eso que su cuerpo está diseñado para correr y saltar. Dado que es poco probable, en el estilo de vida de hoy, que tu pastor alemán vaya a poder desempeñar estas tareas, es sumamente importante que consideres darle el suficiente tiempo de juego y la actividad física para la que están hechos.
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Son muy inteligentes; se aburren fácil
Al igual que con todas las razas de perros inteligentes, el alto nivel de inteligencia de un pastor alemán puede ser tanto una maldición como una bendición. Sí, es divertido jugar y vivir con un perro inteligente, pero si no le das suficiente estimulación mental, este puede aburrirse con mucha facilidad.
¿Y qué pasa si se aburre? Puede desarrollar ansiedad y depresión, además de comenzar a portarse mal buscando algo con qué distraerse. Asegúrate de que tu pastor alemán tenga suficientes juguetes que estimulen su cerebro, entrénalo y juega con él varias veces al día.
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Son muy comunicativos
A diferencia de otros perros, un pastor alemán es sumamente comunicativo. Le encanta hacerse sentir (a su forma, al menos) con los seres humanos y otros perros a través de gruñidos, gemidos, ladridos y otras vocalizaciones. Al vivir con uno, aprenderás rápidamente a diferenciar cada uno de estos sonidos. Nota importante: como es de esperarse, les encanta ladrar. Al cartero, los pájaros, otro amigo perro, a sus juguetes… Así que, si prefieres un perro silencioso y tranquilo, es posible que un pastor alemán no sea tu pareja perfecta.
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Necesitan un poco de ayuda para socializar
Al tener un fuerte impulso de depredadores, es mejor mantenerlos con distancia y cautela al tratar con otros seres vivos de menor tamaño. De igual forma, son tan leales y protectores de sus dueños, y aunque pueden ser sumamente cariñosos con ellos, con otros seres humanos o perros, pueden no ser tan amigables o abiertos socialmente en un inicio.
Ojo: tampoco se trata de un perro agresivo por naturaleza. Un pastor alemán, aunque sea uno guardián, puede llevarse bien con un gato o un bebé recién nacido. Para facilitarle esta socialización, se recomienda fomentar la interacción con perros, gatos y humanos de todas las edades desde que es pequeño.