Consejos para que un perro y un gato se lleven bien

un perro y un gato

A lo largo de los años, por culpa de las caricaturas y las películas, la gente ha estereotipado la relación entre perros y gatos, enfrentándolos unos contra otros como enemigos irreconciliables. Sin embargo, la realidad es algo diferente, y muchas familias disfrutan de la compañía canina y felina en el mismo hogar.

Lo importante aquí es tener en cuenta la personalidad de ambas mascotas y encontrar dos animales cuyo carácter sea compatible.En este artículo te damos algunos consejos para lograr que un perro y un gato se lleven bien dentro del hogar.

 

Utiliza sus olores

Algunos veterinarios recomiendan usar el olor materno para calmar a las mascotas recién adoptadas, como cuando los dueños llevan a casa una manta con el aroma de la madre para recibir un gato o un perro por primera vez. Esto ayuda mucho para acomodar al recién llegado.

Del mismo modo, si deseas que un perro y un gato empiecen a conocerse, es una buena idea que mezcles sus olores. Dale a cada uno una manta del otro, por ejemplo. De esta manera se irán acostumbrando entre sí.

 

Dale al gato un territorio propio antes del encuentro

Según los especialistas, los gatos necesitan un espacio protegido, o sea, una especie de “campamento base” que sea solo suyo. Coloca el refugio fuera del alcance del perro, pero también crea espacios seguros compartidos. De esta manera, el felino puede ir y venir con confianza por todo el lugar sin tener problemas con su colega canino.

Dado que los gatos son trepadores naturales, te recomendamos aprovechar el espacio vertical del hogar; si cuentas con árboles altos, estantes o un librero elevado, puedes poner una cama para gatos encima. Esto le dará al felino la distancia que necesita en lo que se van conociendo.

un perro y un gato

 

Desensibiliza lentamente

Si tu perro está demasiado obsesionado con el gato, puedes probar la desensibilización, cuyo objetivo es reducir la reacción de su perro hacia el gato aumentando gradualmente su exposición a él. La idea es separarlos y solo permitir que se vean en momentos específicos.

Coloca al gato en un espacio —por ejemplo, un dormitorio, un baño o una habitación libre— con una puerta alta para bebés en la entrada. El punto es que el perro no pueda acceder. Por ejemplo, si el perro duerme contigo en la habitación, no elijas ese.

 

Permite interacción solo con supervisión

Cuando convives con un perro y un gato bajo el mismo techo debes permitir la interacción solo bajo tu supervisión, especialmente las primeras semanas después de que se hayan conocido.

Esto es para protegerles a ambos. Un perro y un gato pueden volverse muy agresivos y terminar lastimándose si se quedan solos.

un perro y un gato

 

Educa al perro

Cuando hay un problema entre un perro y un gato, generalmente es causado por el can. Esto se debe a que los perros tienen un mayor instinto de presa. Instintivamente, irán a perseguir animales pequeños y esponjosos como conejos y gatos; los felinos, por supuesto, intentarán protegerse a toda costa.

Una forma de frenar este comportamiento no deseado es a través del entrenamiento de obediencia. El perro debe aprender que perseguir gatos es un comportamiento inaceptable.

Empieza enseñándole comandos básicos como “siéntate”, “quieto” y “abajo”. Eso te ayudará a manejarlo más fácilmente durante la interacción con el gato.

Lee también: Visitando parques para perros con tu can

 

Júntalos cuando sean jóvenes

En general, si planeas vivir con un perro y un gato, lo mejor para lograr este vínculo es que intentes que se conozcan desde pequeño. Los perros y gatos que son criados juntos a menudo tienen más facilidad de construir una verdadera amistad.

Si ya tienes un perro o un gato adulto, considera que su compañero de otra especie sea casi un bebé, el cual puedas presentarle de poco a poco. Tanto los perros como los gatos adultos suelen aceptar mejor a las versiones jóvenes de la especie opuesta.

Ten cuidado si existe una gran diferencia de tamaño entre ellos; por ejemplo, un gato bebé y un pastor alemán adulto. Un perro grande podría lastimar accidentalmente al pequeño felino.

un perro y un gato

 

Asegúrate de que el gato esté relajado

Cuando los presentes cara a cara por primera vez, asegúrate de que tu gato esté totalmente relajado. Mantenlo en tus brazos —las mangas largas son una buena idea— mientras otra persona trae al perro a la habitación con una correa.

Tómatelo muy despacio, vigilando siempre las reacciones de ambos. Acerca gradualmente al perro uno o dos pasos a la vez y deja que ambos se asienten en cada paso. Podrías meter a tu gato en su transportadora si eso te parece más fácil controlado. Lo último que quieres es que te arañe el brazo por el pánico.

 

Mantén sus cosas separadas

Después de que hayas congraciado con éxito a un perro y un gato mediante ejercicios de alimentación, mantén sus tazones de comida separados. En ocasiones, el gato se acercará al plato del can, ya sea mientras este último esté comiendo o en las inmediaciones, e intentará comer de él.

Intenta que no pase esto, pues el perro podría querer proteger su comida por instinto. Para evitar estos encuentros desastrosos, programa horarios de comida regulares para cada mascota y coloca sus tazones en áreas separadas de la casa, o el plato del gato sobre una mesa u otro lugar alto.

Además, vigila de cerca los juguetes del gato: la competencia por ellos también puede provocar peleas.

Ojo: mantén al perro lejos de la caja de arena del gato, tanto para evitar problemas de salud  como para evitar una batalla campal entre ambas especies. Recuerda: los gatos suelen ser muy territoriales con su arenero, pues si huele que el perro lo ha usado, podría desecharlo y buscar otro lugar entre tus cosas.

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